martes, octubre 17, 2006

Despelote y descoñije

Chido por los comentarios recibidos en mi último y primer posting. Nótese que aquí no se trata de la conocida frase "primer y último"; el orden aquí si cuenta. Bueno, espero poderlos deleitar a menudo con mis ocurrencias pacheconas, aunque, como vic lo ha comentado, a veces pareciera que no hay absolutamente nada de qué hablar. Sin embargo, la neta es que siempre hay cosas de qué hablar, sin necesidad de que sean puras mamadas. Creo que las cosas siempre están ahí afuera, siempre están pasando un chingo de cosas; el problema está en afilar la vista y sacar la postura crítica del baúl. Seguro saldrá con un olor a naftalina, pero sin duda con dos o tres días afuera y funcionando se le irá la peste.

Ya se estarán preguntando desde que abrieron el blog qué pedo con el título de ésta contribución. Ahora les cuento la historia, y ya ustedes verán a qué me refiero. Desde antier tenía pensado escribir sobre el otoño que ya se nos vino encima. Hace ya casi un mes que oficialmente comenzó con el equinoccio, el 22 o 23 de septiembre, pero fue hasta antier y ayer, no me podrán decir que no, cuando se dejó sentir macizo. La neta es que ahora si se sintieron unos vientos polacos, de lo frío que estaban y lo intenso. Todo el día, domingo y lunes, las ventanas de no pocas casas de la ciudad y zona conurbada, dejadas abiertas por la inocente negligencia de sus propietarios, anduvieron azótese y azótese, y no habrá faltado más de una que en este par de días no se haya roto, quebrado o hasta reventado, como dicen por ahí algunos. Además, la casa de la vecina de hasta el otro lado de la calle (la Sapa, algunos ya sabrán de quién se trata) ya está forrada de calabacitas y calacas, dejando inaplazable la sensación de que efectivamente el otoño está aquí.

Pero finalmente decidí no hablar hoy del ¡Ohhhh Antonio!. O más bien, mi plan de bloggear algo sobre este cotorrísimo fenómeno climático y astronómico, antípoda estacional de la primavera (y por lo mismo comparten un buen de similitudes: el proceso transformacional evidente de la naturaleza, el cambio humorístico asociado, la banda incluso igual de horny... bueno, la banda siempre está horny, olvídenlo), mi plan, decía, se vio truncado por otra realidad más fuerte: mi cuarto está hecho un despelote.

No se trata aquí de un desorden que de pronto surgió de la nada, como si algún culero se hubiera paseado por mi cuarto poniendo al revés todas mi cosas y escondiendo debajo de pilas de hojas, botellas de gatorade, de agua, un rollo de papel de baño, envolturas de mierda y media, y mi colección de vasos, las cosas que más me urge encontrar. Tampoco voy a culpar esta vez a la entropía. Yo fui el culpable, día tras día, durante más de un mes, ¿o dos?, yo qué sé, de tener mi habtiáculo en este terrible y desastroso estado. Asumo mi responasibilidad, me impongo sobre las caóticas leyes del universo, y admito que todo esto es a causa de mi propia y sola voluntad, o mejor dicho, de mi falta de voluntad.

A ver, les voy a presentar mi habitación para que chequen qué onda:





Después de mis tomas à la George Lucas, ya sé que varios de ustedes dirán que no se ve tan desarreglado, seguro sus cuartos están peor que el mío. Pero eso no les quita el despelote a ninguno de los dos, menos al mío. Sería el típico caso del que sabe que hay otros peores que él, y se consuela pensando que, ya en la comparación, su cuarto hasta se ve más arreglado que antes, cuando lo cierto es que justo corrobora su desmadre. Tan sólo déjenme ennumerarles algunas cosas que quizá pasaron desapercibidas:


una lata vacía de Nescafé Café con Leche®

los audifonos Kenwood sobre un sueter y su caja botada a un lado

el fijador fotográfico Kodak junto dos DVDs, una bolsa azul y una zampoña

dos reproductores de DVD (y todavía hay un tercero tras la tele)

la madre esta que nunca he usado para hacer hoyitos en la hojas

cuerdas de lira frente al televisor (no toco la lira y casi no veo el televisor)

un apuntador laser y un pedazo de madera

un vaso con whisky de hace dos fines de semana atrás (qué pedo!); hasta la derecha un sello del pique y las rivo

el dos semanas atrás delicioso y helado whisky (alguien fumó vicio o' roy)

un gotero y un foco fundido en una cosa de plástico


Bueno, muy o poco desarreglado el cuarto, es un hecho que el descoñije éste me resta ánimos, me deprime y suprime la creatividad. Para los que casi no pasan tiempo en sus habitaciones como yo pero pasan más rato en la compu, pues también denle de vez en cuando una aseada a sus carpetas, porque la neta también hay un chingo de basura que andamos guardando ahí.

descoñije electrónico

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora sí que "ay mijito..."

(Cara de mamá decepcionada-resignada con brazos cruzados y tubos en la cabeza)

Rizo dijo...

Que hay del desorden de ideas. Ese es más heavy. ¿De dónde salió el descoñijo? Está bien buena la palabrita...

Sabucles dijo...

Ese cuartito "compañero de tantas briagas" está hecho un verdadero desmadre. Interesantes comentarios del maese GRUNGE. La visión psicodélica de este guy me hizo reirme como tantas veces en las eternas charlas sin sentido que sustuvimos Grunge y yo en diversas madrugadas.

Chido Grunge!!!

Vic dijo...

Despelote me parece una acepción apropiada y fina, hasta cierto punto. Y sí, tu habitación está muy desordenada, pero creo que es algo que nos pasa a todos, pues los de ordenan sus cuartos son putos.

Es algo que sucede sin darte cuenta; cuando lo notas ya tienes mil madres fuera de su lugar, ropa limpia y sucia por todos lados, calcetas y tenis regados por el suelo, cds en la mesa de la compu, sobre la compu y al lado de la compu, en el mueblecito donde está la lámpara y sobre el estereo; botellas de agua, libros y revistas, mochilas despanzurradas, casets, pilas, hojas, más y más ropa, periódicos viejos, plumas y objetos de papelería, más cds, una caja de medicina, un plato, boletos del cine, vasos, dos tazas con restos malolientes de café, ganchos, un cenicero y cajitas vacías de cerillos y tabacos... y claro, la cama eternamente destendida.

Sin embargo hay niveles. Tengo un buen amigo cuyo room es la materialización del despelote, pues tiene hasta un grillo que anda suelto y una araña patona que vive en una esquina del techo y que alimenta con moscas que ocasionalmente caza para ella. Buen rock.

Anónimo dijo...

¡Y mi flaco me regaña por mi desmadre!, tendré que ponerlo a ver estas fotos

Xóchitl dijo...

heeey! creo que hasta reconocí unas cosas que se me perdieron... En todo caso lucen mejor en tu cuarto, cobran una dimensión que en el mío no tienen. Qué canijo, eh! bueno te lo cedo sólo porque le encontraste un lugarcito digno entre el pedazo de madera y el avioncito de papel. Buena toma la del ojo de pez ;)