Hace un momento abrí mi mail y me encontré con el siguiente mensaje:
VICTOR SERRANO LIRA
Date d'inscription : 25 juillet 2000 
Pays/région : Mexique
Date de naissance : 9 septembre 1979 
Joyeux anniversaire !
Y bueno, me llamó la atención que el próximo 25 de julio mi cuenta cumplirá 9 años... ¿No les parece mucho? A mi sí. Este, vicser36@hotmail.com, fue el primer mail que tuve y el que conservo hasta ahora. Evidentemente no es la única cuenta que tengo (hay otras: futuram@hotmail.fr, victor_serrano9@yahoo.com.mx, victorserranolira@gmail.com y v.serrano@editorialnotmusa.com.mx), pero las demás las uso eventualmente, en menor o mayor medida.
Recuerdo que cuando saque esa primera cuenta no le pensé mucho; como pasa comúnmente utilicé mi nombre (ya saben vic+ser) y así pensaba dejarlo, pero alguien, en algún lugar del mundo, ya me había ganado, así que tuve que agregar el 36, que no tiene ninguna explicación en particular.
A través de esta cuenta he recibido cientos de mensajes, entre ellos mucho spam y cadenas muy imbéciles, pero también correos emocionantes que han movido sentimientos de todo tipo, desde lazos de amistad hasta relaciones de pareja, mails familiares y de cuestiones laborales y asuntos académicos. De amor también, de enojo, de invitaciones a todo tipo de movidas y hasta alguna amenaza cobarde y anónima.
También yo me he expresado. Antes era más afecto a enviar mails, pues procuraba siempre contestar al menos con algunas líneas a quienes invertían un poco de su tiempo en escribirme algo. Nunca, a lo largo de estos casi 9 años, he enviado una cadena o algo parecido, o un forward con chistes baratos de power point. En cambio, me he preocupado por mantener cierta reciprocidad con aquellos se dignan a escribirme.
La misma cuenta trae el extra de messenger, un invento increíble que, recuerdo, yo me imaginaba muchos años antes de que se hiciera popular (y, ¿si alguien leyera lo que estoy escribiendo ahora y pudiera contestarme?). El mensajero instántaneo –pienso– se ha convertido en un hábito para muchos de nosotros y millones de personas que encuentran (encontramos) una manera super sencilla de mantener cierto contacto con los que están lejos (física y cotidianamente) y al menos saber algo de ellos. Un medio que permite decir 'hola' y enviar una sonrisa, una flor, una cara de :S o un 'Qué pedo puto?, ¿ya?'. Lo malo del messenger –sigo pensando– es que en más de un caso ha rebasado la comunicación personal y la ha hecho más impersonal; conozco gente que vive aislada sin saberlo, que piensa que por tener 100 contactos tiene muchos amigos. Es como sucede con el hi5 o el facebook: no por sumar 350 'amigos' significa que los tienes.
Me he desviado. Lo siento. El caso es que me llamó la atención la longevidad de mi cuenta y se me ocurrió que podía escribir sobre ese tema. Y bueno, ya lo hice y ya es hora de ir a dormir. Como diría Fito Páez en 'A rodar mi vida': '¡Chao hasta mañana..!'
