sábado, mayo 13, 2006

TOURING THE ANGEL

Una semana y un día después del segundo concierto de Depeche Mode me decido a postear un breve comentario, antes de que se desvanezca en el recuerdo. Y es que en realidad fue un gran concierto, más allá de que esta percepción se haya vuelto vox populi y resulte que, en estos días, la banda tenga más fans que nunca.

Como muchos, yo descubrí a Depeche como consecuencia del Violator y en particular de Personal Jesus. Recuerdo que alguien en mi casa, creo que mi papá, compró el álbum en acetato –todavía lo tengo, pero está muy rayado– y yo lo escuchaba mucho. Desde entonces se me grabaron las demás canciones, como World in my eyes, Policy of truth y Enjoy the silence.

Con el tiempo, revisé a DM en retrospectiva y honestamente prefiero su segunda etapa, a partir del Violator. De discos anteriores se rescatan excelentes canciones, pero prefiero las de otros, como Songs of faith and devotion o Ultra. Y, aunque he escuchado poco el Playing the angel, hay al menos unos cinco tracks muy cabrones.

Como suele suceder en los conciertos que me han tocado (Pearl Jam no tocó Off he goes, ni U2 Stay ni los RHCP Soul to squeeze), Depeche no tocó la rola que más me gusta de ellos. Y bueno, entiendo que Condemnation no es una canción fácil ni tan popular. Pero en cambio Martin Gore ejecutó una versión medio acústica de Home, lo que significó un gran momento de la noche.

Del show hay mucho qué decir. Aunque no percibo a Dave Gahan como un frontman, sí creo que su personalidad brilla durante todo el concierto. Pero más allá de todo eso, de sus bailes y gritos al público, de que se quite la camisa y muestre sus músculos y sus tattoos, más allá de todo eso está su voz, en otro nivel. Sí, el sonido estuvo muy bien y ayuda, pero su voz es tan peculiar que te transmite algo más que la letra de sus canciones. Hay una especie de intención oculta, un llamado sugestivo que incita y hasta, en cierto sentido, puede llegar a hipnotizarte.

Como complemento, la escenografía fue notable. Y más los efectos de luces y pantallas, pues todo el tiempo se adaptaban al ambiente de cada canción.

Si tuviera que escoger un momento, me quedo con la parte final. Sé que casi siempre es así, porque la última rola generalmente es un clímax. Pero en este caso, el lapso que duró Never let me down again fue increíble. Apostaría a que quienes hayan estado ahí estarán de acuerdo, porque fue un momento en el que todos los elementos posibles se mezclaron: la interpretación de DM, el significado de la canción, la lluvia desatada y el efecto de las luces con las miles de gotas que caían hicieron que la gente se incendiara, todos con las manos arriba, coreando el paseo de Gahan con su best friend.

Hubo muchas, muchas cosas más, como la sobriedad de Andy Fletcher en los sintes, el número impresionante de nenas que había por todos lados, o World in my eyes, In your room y Behind the wheel interpretadas a la perfección, o hasta la tormenta que cayó cuando Depeche se había ido. Pero no hay tiempo y hay que cerrar este post, ahora.

3 comentarios:

Sabucles dijo...

Sólo puedo decir: "Ricardito Tócame", como diría el Charkiles.

Que suerte tienes de vivir en México y cerquita de los dos centros de espectáculos más grandes.

A pesar de que ahora vivo por acá, no es tan fácil ir a un concierto de famosos, pues suelen ser en Madrid o Barcelona. En fin, ya se me ocurrirá como.

Saludos y que chido que pudiste ver al Despacho después de tantos años de ser fan.

Anónimo dijo...

Sin duda un concierto increíble. Un momento que me pareció particularmente místico (y que pude apreciar porque estaba muy arriba)fue que paralelo a la escenografía, desde el inicio del concierto, sobre el escenario, los rayos que avecinaban la lluvia se sincronizaban con las luces, provocando un escenario electrificado, el cielo era un juego de rayos y truenos, y el foro un juego de luces, coros y gritos, bellísimo.

Vic dijo...

Ese efecto de los relámpagos fue muy chingón, porque desde antes ya se veían a lo lejos, detrás del escenario. Fue un extra para el show, como el efecto de las gotas de lluvia.