lunes, agosto 15, 2011

De comida...

Hola queridos bloggeritos.

Llevo bastantes meses sin escribir un post, ya que la vida se complica más conforme pasa el tiempo. Hoy que estoy de vacaciones, me pongo por fin un ratito para escribir de comida.



Qué por qué de comida? Pues simplemente porque es algo que siempre está ahí y que se le da poca importancia, hasta que deja de estar. Hace más de 6 años que salí de México, cargando una mochila de boy scout, una maleta y una guitarra eléctrica. Dentro de alguna de estas bolsas llevaba chiles en lata y una salsa valentina. Como dato interesante les comento que en España el picante prácticamente no existe, tampoco las tortillerías, en pocas palabras, se cocina de manera distinta. Yo siempre he sido partidario de comer lo que hay en el lugar, es decir, apoyo la adaptación. Soy gran admirador de la comida española, ahora también de la Italiana, pero nunca dejaré de ser un fanático de la comida mexicana.

Cuando pasas 6 meses sin comerte un plato de pozole, un consomé de barbacoa, un tamal o unos tacos al pastor, de verdad sientes que algo le falta a tu vida. Sin embargo, quizás lo más complicado es comer sin picante. No nos damos cuenta de que somos picantedependientes hasta que nos vemos sin un chile (sin albur) a la mano. Aún recuerdo como durante años llevé mi botellita de salsa valentina a la Universidad de Huelva. Al final cambié el entorno, porque en el comedor decidieron poner una salsa picante (no era gran cosa, una salsa de Cádiz, pero cumplía noblemente su función). Aún ahora, las señoras del comedor me recuerdan como "el del bote de picante".


Visto el problema, cada viaje a México, cada visita de alguien a España, significaba importar "provisiones". Dulces de tamarindo, chiles de varios tipos, botellas de valentina y latas de chiles. Una cosa fundamental: las tortillas. No estoy seguro, pero es posible que México sea el único país en el que la tortilla es parte primaria de la comida diaria (evidentemente, en gran parte de la Unión Americana, la tortilla existe también). Pues en Europa, la tortilla es un producto exótico, difícil de conseguir. En España se pueden conseguir unas tortillas bastante malas, pero que al menos te dejan recordar someramente el sabor de un taco.


Tal problemática me ha llevado a racionar las provisiones y a aprender a como preparar un auténtico platillo mexicano con lo que se puede conseguir por aquí. Por fortuna, cosas como el mole pueden durar mucho tiempo en el refrigerador sin echarse a perder. Las tortillas no duran tanto, así que tuve que aprender a hacerlas.


Ya en España preparaba sopes, gordas y quezadillas. No es tan complicado. Pero una tortilla es cosa aparte, la masa requiere tener la densidad adecuada para evitar que se rompan al hacer la tortilla. La parte medular es el paso de la tortilla del plástico al comal, para eso he requerido años de entrenamiento y muchos intentos fallidos. Al final es cosa de agarrarle el truco. Un punto importante es preparar la masa con agua caliente. No sé cuantos de los que leen este post han preparado desde cero una tortilla de maíz, lo que puedo decir de acuerdo a mi experiencia, es que no es una tarea sencilla.



En España se conseguían tortillas, en Italia no. Por fortuna, en Sicilia si se consigue picante. El Vic es testigo. Esto se debe a que en Calabria (justo la punta de la bota), se acostumbra a comer picante, y se cultivan distintos tipos de chile (peperoncino, en italiano). Eso es una gran ventaja, sobretodo cuando se come en la calle. Aquí nadie te verá mal si añades picante a tu comida (cosa que cotidianamente sucedía en España).


Y así con los años, he aprendido a preparar cosas cotidianas de México, que aquí resultarían muy exóticas. La madre Chalico, cada año me compra mole rojo e incluso verde. Yo lo traigo a Europa y aquí lo preparo. Un arroz rojo es simple de hacer, ya que todos los ingredientes existen aquí. El blanco no tanto, porque requiere epazote (inexistente tanto en Italia como en España). Sin embargo, unas enchiladas de mole rojo pueden prepararse sin problemas. Para sustituir la crema, uso un queso que diluyo en yogurt natural (puede hacerse con leche, pero queda mejor lograda con el yogurt). Y el queso rayado (que nunca pude reproducir con los quesos españoles), es prácticamente identico al ricota salado (un queso típico italiano). En España siempre conseguí tortillas, aquí tuve que empezar a hacerlas. La harina también tiene que importarse, aunque se puede sustituir con otra harina de maíz ecuatoriana que normalmente se encuentra en tiendas de comida internacional (curiosamente esas tiendas suelen tener pocos productos auténticos de México).

Finalmente, a base de improvisación y con el empeño de querer comer algo que te recuerde al hogar, he conseguido reproducir platos típicos como las enchiladas de mole rojo, el cerdo en mole verde, los sopes de pollo, los tacos dorados, el alambre y cualquier tipo de quezadilla, además de preparar tortillas tanto de maíz como de trigo. Quizás es poco, pero créanme que cada cosa requiere de un gran esfuerzo, y más aún, de planeación. Casi siempre, prefiero esperar a tener todos los ingredientes para preparar uno de estos platos. Los frijoles por ejemplo, tienen que hacerse de cero, incluso la machacada. Sin duda la comida mexicana requiere de detalles muy específicos.



Algunas veces he dejado a mis amigos europeos boquiabiertos con la exoticidad de los platillos. El mole por ejemplo, es algo que siempre sorprende. Y en México lo tenemos siempre a la mano. Muchos de ellos jamás habían probado algo similar.



Al final termino lleno de satisfacción porque cada mordida que le doy a algo que preparo me recuerda a mi pueblo, a mis amigos, a mi familia y, en general, muchos momentos felices de años atrás.



Les dejo unas fotitos para que chequen mi producción culinaria.


Un abrazo a todos, sean felices.

Tortilla bien lograda con harina de maíz ecuatoriana "doña arepa".


Sopes de Pollo.

Enchiladas de mole rojo.

6 comentarios:

Vic dijo...

Muy lindo tu post Moreno. En los dos chances que he tenido de dar el rol por allá no me ha dado tiempo de extrañar la comida ni el picor nacional. Y mira que yo como chile en cantidades industriales. Pero me he imaginado como sería una hipotética adaptación a un nuevo tipo de comida y no me imagino no poder ponerle un chilito, una salsita...

No sabía de tus aptitudes en la cocina. Al menos en las fotos que publicas se ve apetitoso lo que preparas (en especial los sopes).

Pese a la nostalgia que sientes, también es cierto que las gastronomías española e italiana son suculentas. Al menos en las pocas cosas que llegué a probar, descubrí platillos deliciosos, quizá no tan exóticos, pero sí súper disfrutables. Algo tan sencillo como una pizza o una tortilla de patata, o la comida que sirven en la Masía catalana o los postres en Sicilia me dejaron sabores grabados por el gusto en el cerebro. Lastima que ese tipo de recuerdos no perduran como una foto o una melodía, pero siempre habrá una oportunidad para probarlos de nuevo, ya sea en lugares de origen o experimentando en México.

Repito, muy lindo tu post. Saludos mi hermano.

Sabucles dijo...

Gracias por las flores Vic.
En efecto, la comida es muy buena en ambos países, pero como digo en el post, a veces sientes que algo te falta. Me encantan las comidas de ambos países. Pero cuando se crece con los sabores de la tierra, es complicado no añorarlos de vez en cuando.
Son ocasiones especiales cuando cocino mexicano. De verdad lo disfruto.
Abrazos carnalito... y claro, los sabores del mundo siempre son interesantes... Ahora, estando en Italia, extraño el jamón y el salmorejo...hehe.

Chalico dijo...

En mi caso me he adaptado sin muchos problemas a la comida española. Me gusta mucho y el cambio no fue tan drástico para mí. Sí es cierto que extrañaba mi comida e iba haciendo molito y comprando tortillas de vez en cuando. Pero ya tiene mucho que no pruebo nada mexicano. Ahí tengo mis latas y tetrapak de salsas y moles que tengo que usar antes de que caduquen. De hecho creo que me haré un molito esta semana. Pa recargar la pila mexicana.

Lo que sí se me antoja muy perro a veces son los tacos. Sobre todo el pastor y la tripita, ah... (babeando) Esos ni cómo reproducirlos por estas tierras. Menos mal que ya en diciembre voy, haré las visitas obligadas a Boturini ;)

Sabucles dijo...

Yo extraño los de bistec con quesillo del sombrero, y los del tianguis de casa de Charkiles. Eso es muy cierto, los tacos de pastor, triplay y suaperro son irreproducibles fuera de territorio nacional. Yo también me desquitaré en enero... y bien duro...

Vic dijo...

Que bueno que vienen... A m...

Jo!

:o)

GABY dijo...

SE VE MUY RICO SABULINO, Y AHORA QUE VENGAS PREPARANOS ALGO DE POR ALLA, BESOS¡¡¡